Panamá registró este jueves 29 nuevas muertes por COVID-19 y 911 casos positivos nuevos, que elevan a 1.209 las defunciones y a 56.817 los contagios confirmados de la enfermedad tras 136 días de pandemia en el país, que tiene una letalidad local de 2,1 %.
El reporte del Ministerio de Salud (Minsa) señala que 31.828 (56,2 %) pacientes se han recuperado, 1.169 están hospitalizados en sala general y 158 en Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
En aislamiento domiciliario con síntomas leves se contabilizan 21.783 personas, y otras 670 en hoteles que funcionan de manera temporal como hospitales.
Las pruebas de detección de contagio por COVID-19 hechas hasta el momento en Panamá, desde el primer caso registrado el 9 de marzo pasado, alcanzan las 197.605, 70 % negativas y 30 % positivas.
Los test por millón de habitantes ascienden a 46.185, con 3.006 nuevas muestras en las últimas 24 horas, que arrojan una positividad de 39 %.
Panamá, con unos 4,3 millones de habitantes, vive una creciente escalada de casos que ha provocado una saturación en hospitales públicos y privados, que ha llevado a la habilitación de espacios alternativos.
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En marzo pasado, Panamá paralizó toda la actividad económica no esencial y organizó un proceso de apertura gradual dividida en seis bloques que comenzó el 13 de mayo permitiendo el reinicio de dos de ellos, que suspendió por el rebrote de COVID-19 en pleno desarrollo.
Sectores esenciales como alimentos, salud, seguridad, transporte, entre otros, nunca han parado, pero permanece cerrado todo el comercio y las escuelas, y están suspendidos los eventos masivos culturales y deportivos.
Un toque de queda nocturno rige en todo el país, mientras que en la capital y las provincias caribeñas de Bocas del Toro y Colón, con un alta incidencia de contagios, hay un cuarentena total con la que se busca frenar la propagación del virus.
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MORGUES JUDICIALES A PUNTO DE LLEGAR A SU MÁXIMA CAPACIDAD
Las autoridades han llamado la atención acerca de la situación que atraviesan las morgues judiciales, las cuales están cerca de su máxima capacidad por el incremento de muertes violentas o por la COVID-19.
Entre los altos funcionarios que se han manifestado sobre el asunto se encuentra el director del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Panamá (Imelcf), José Vicente Pachar, y el Ministro de Salud, Luis Francisco Sucre.
Pachar dijo a la cadena de televisión Telemetro que en dos morgues de la capital y una de la ciudad caribeña de Colón ya "no caben más muertos" y "están a punto de colapsar".
El médico forense indicó que a esto se añade el problema de que los familiares no van a retirar los cuerpos, lo que puede llevar a la "situación límite" de proceder con entierros de solemnidad.
Añadió que "otra vía sería contar, como se da en otros países, con camiones refrigerados o con alguna otra metodología que permita disponer de manera humanitaria, respetuosa y con trato digno, de los cadáveres de las personas fallecidas por el COVID-19".
Sucre señaló que se realizará una evaluación de las diferentes morgues judiciales para saber su situación, y hablar con empresas incineradoras.
Sin embargo, Sucre dijo que en muchos casos los cuerpos no son reclamados y así no se pueden hacer los trámites correspondientes para proceder con la incineración de los cadáveres de fallecidos de COVID-19.